La pregunta «¿por qué Cristo es el salvador de todos?» ha sido una de las cuestiones que han marcado más decisivamente nuestro ser cristiano. La afirmación de esta salvación, así como su carácter universal, que ya resultaba pretenciosa en nuestros orígenes cristianos, puede llegar a ser hoy escandalosa para muchos de nuestros contemporáneos, acostumbrados a dar un valor relativo a la mayoría de nuestras afirmaciones y temerosos de cualquier planteamiento universal, por los peligros que parecen encontrar en un enunciado de este tipo: desmesura, fomento de la intolerancia, monopolio religioso excluyente… De aquí la importancia de responder correctamente a esta pregunta a partir del eje vertebrador de este libro: «La mediación universal de Jesús y la relevancia de la cristología para la doctrina de la creación del hombre».