Cuando se habla de ellos algunos piensan en Ginebra (Suiza), donde está el mayor de todos los construidos, otros piensan en agujeros negros artificiales, o en la antimateria de la película de Ángeles y Demonios… Pero los aceleradores de partículas se utilizan para cosas mucho más prácticas y juegan un papel muy importante en todas nuestras vidas. De hecho, hasta hace pocos años todos teníamos uno en casa.